
Derrumbe
La tarde se derrumba sola,
igual que tú
que en una única dirección
te dejas arrastrar
por luces marchitas
y espejos ímprobos
hacia los márgenes de la decadencia.
Es abril
y tus reseñas
son una carta ya antes abierta,
dos amores de piel anárquica
en la totalidad natural de un nosotros indeterminado.
La tarde se derrumba sola,
igual que yo
que a brazo partido
y de par en par
sangro a corazón vivo
gotas de ti.
Aun así,
colma este espacio
en su trocada libertad
la fragancia de una flor
(tan cercana y embriagadora...
frágil epopeya de tus tenues versos)
y entre muecas de aire,
en mi soledad espasmódica,
recuerda tiempos vividos.
Y dentro de este espacio
permanezco así... improvisando,
como un intruso víctima de palabras calcinadas desde sus propias raíces.
Permanecer así...
lejos de los embargos del futuro,
jamás en el caos...
pero en desórdenes intactos.
Ped.